Carlos Wiedmaier
CEO de Widder Control & Seguridad | – Marzo 2025.
Las cámaras no se cansan, los sensores no duermen. El paradigma de que las máquinas controlen sistemas tradicionalmente operados por humanos siempre ha sido visto con cierto recelo, muchas veces asociado a la idea de sometimiento o pérdida de control.
Sin embargo, ese paradigma está cambiando. La integración de inteligencia artificial (IA) en la operación de los centros de monitoreo permite interpretar imágenes y detectar eventos en tiempo real. Ya que la IA tiene la capacidad de analiza de forma continua los videos de las cámaras, identificando intrusiones o comportamientos anómalos. En este contexto, el rol del operador también evoluciona: se requiere personal capacitado para supervisar sistemas complejos, gestionar alertas, analizar información con criterio técnico y coordinar respuestas. La IA amplía las capacidades operativas, pero la intervención humana sigue siendo fundamental para una respuesta efectiva y contextualizada.
La implementación de inteligencia artificial en los centros de monitoreo ha optimizado los tiempos de respuesta. Debido a su capacidad para detectar automáticamente actividades sospechosas y notificar al instante al personal de seguridad, se reduce el tiempo entre la detección y la acción. Además, al filtrar más del 90% de las falsas alarmas, estos sistemas permiten que los operadores se concentren en eventos reales y relevantes.
Las alertas tempranas generadas por estos sistemas permiten actuar antes de que los incidentes escalen. La tecnología identifica amenazas potenciales, como personas merodeando o accediendo a zonas restringidas, y posibilita una respuesta preventiva. Un ejemplo destacado en Chil, es el proyecto SITIA del Ministerio del Interior, que conecta cámaras públicas y privadas en una plataforma con IA para detectar vehículos robados, personas buscadas y comportamientos sospechosos, apoyando la prevención y resolución de delitos.
También, a nivel comunal, la comuna de Las Condes ha implementado un centro de monitoreo con IA que detecta patrones de comportamiento anómalos y emite alertas en tiempo real. Estas soluciones permiten conectar cámaras, sensores y sistemas de control de acceso en un solo entorno de gestión, optimizando la supervisión y la toma de decisiones.
La integración de inteligencia artificial está modificando el enfoque tradicional de la seguridad, orientándolo hacia una estrategia más proactiva. Los sistemas actuales incorporan capacidades predictivas mediante el análisis de datos históricos, patrones de comportamiento y variables contextuales, lo que permite anticipar incidentes antes de que ocurran. Este tipo de analítica reduce la frecuencia y gravedad de los eventos delictivos, y posiciona a la IA como un componente central en los modelos de vigilancia preventiva.
También se están incorporando nuevas herramientas autónomas que amplían el alcance de la vigilancia remota. Es el caso de los drones y robots semiautónomos, que permiten realizar rondas en áreas amplias o de difícil acceso con mínima intervención humana. Empresas como Prosegur ya han desplegado drones programados con rutas fijas, capaces de transmitir video en tiempo real y operar de forma continua, mejorando la cobertura operativa.
A pesar de estos avances, persisten desafíos relevantes. La protección de datos personales, la prevención de sesgos en algoritmos de reconocimiento y el desarrollo de marcos regulatorios claros son aspectos a considerar. Se ha señalado que la IA puede “detectar amenazas con una rapidez y precisión imposibles para el humano promedio”, pero su uso debe ir acompañado de criterios éticos y controles adecuados. Desde el sector privado, empresas como Prosegur destacan que la IA ya es una herramienta esencial para modernizar la protección de instalaciones y personas.
CONCLUSIÓN: LA INNOVACIÓN NO ES UNA OPCIÓN, ES UNA RESPONSABILIDAD
En Widder, nos tomamos con seriedad el uso de la inteligencia artificial en nuestras operaciones de seguridad. Hemos integrado analítica de video, sistemas de gestión y visualización de datos para optimizar procesos, anticiparnos a riesgos y mejorar la toma de decisiones en tiempo real. Seguimos de cerca el progreso de los agentes de inteligencia artificial y el desarrollo de la Inteligencia Artificial General (AGI). Aunque esta última aún es una teoría, representa un posible salto en la forma en que las personas interactúan con la tecnología.
Hoy, la inteligencia artificial no reemplaza al recurso humano. Es una herramienta que asiste, agiliza decisiones y mejora la eficiencia. El operador sigue siendo clave. La relación entre ambos evoluciona hacia una forma de trabajo conjunta, cada vez más integrada.
Esta transformación obliga a replantear cómo diseñamos y operamos los sistemas de seguridad. Ya no basta con ver, ahora se debe procesar, interpretar y actuar en tiempo real. La infraestructura debe estar preparada para integrar tecnologías, almacenar grandes volúmenes de datos y operar de forma continua. La inteligencia artificial cambia las herramientas de seguridad y la forma en que se gestionan las operaciones.
Con esta visión en mente, nuestros ingenieros desarrollaron recientemente a una inteligencia artificial que crecerá junto a Widder. Su función será optimizar procedimientos internos, analizar datos operativos y apoyar la toma de decisiones en tiempo real. Este proyecto, liderado por Hugo Rubilar y Enzo Campos, marca un hito interno y refleja nuestro compromiso con una seguridad más moderna, eficiente y predictiva.
Creemos que Chile va por buen camino en la adopción de estas tecnologías. Si seguimos avanzando, no sería descabellado pensar que, en el corto plazo, sistemas de IA sean capaces de gestionar plataformas de atención ciudadana (133), clasificando miles de solicitudes, emergencias o denuncias según su gravedad, tipo y urgencia. Eso permitiría eliminar tiempos de espera, priorizar de forma más justa y agilizar la respuesta ante situaciones críticas. Lo que antes parecía futurista, hoy empieza a ser posible.
En Widder innovamos porque no hay otro camino. No es una opción, es lo que exige el futuro de la seguridad.
Fuente:
Grandviewresearch